lunes, 21 de noviembre de 2011

La Virgen de Irache

Si  tienes una hija que se llama Irache y haces un viaje a Navarra  resulta normal incluir una visita al Monasterio de Irache para visitar a  la virgen que le da nombre.
Allí te espera una sorpresa: un lugareño te dice que” la virgen no está en el monasterio porque hace años unas gentes de Dicastillo la robaron y no la han devuelto. ¿Y dónde está virgen? La tienen en la iglesia de Dicastillo.”

 Juan Mari se ha pasado por Berezko Etxea con la gente de Txakolí Ballano y con ellos llega a nosotros la noticia de” robo” de la virgen y la posibilidad de subsanar el error. 
 
La visita ha resultado una mezcla de jornada de cata (con nuestro taller de cata de deconstrucción del pacharán), salón de juego (vibrante partida de mus) y paseo cultural con la visita a la Iglesia de Dicastillo para conocer la Virgen de Irache después de la comida. Por cierto, nos hemos vuelto a sorprender de cómo se las gasta la gente de Bilbao: les llenas una fuente de pimientos del piquillo y con el saque que tienen hacen que parezca media ración. Menos mal que estábamos bien provistos de gorrín  asado. 

Volviendo a la virgen: entendemos la sorpresa del visitante al Monasterio de Irache al no encontrar la virgen; es comprensible también que las gentes de Ayegui (el municipio donde se enclava el Monasterio) no estén contentos con su ausencia. Pero no es de recibo seguir divulgando un bulo que nos tacha de ladrones.

Y de eso nada: la historia recogida en los libros no deja lugar a dudas. Tras el final de la primera Guerra Carlista en el verano de 1839, la Desamortización de Mendizábal afectó al Monasterio de Irache, cuyos monjes benedictinos tuvieron que abandonarlo. Coincidencias de la historia, aquel verano de 1839 fue fatídico para Dicastillo, ya que al término de la guerra la Villa fue incendiada y totalmente arrasada. Tras la larga tarea de reconstrucción de la iglesia ésta  acogió a la Virgen de Irache y numerosos retablos del abandonado monasterio, además de la arqueta con las reliquias de San Veremundo, el Abad más célebre del cenobio. Desde entonces la imagen de la Virgen de Irache es cuidada y venerada por las gentes de Dicastillo como uno de sus mayores tesoros.
La virgen tiene otra curiosidad: está preparada con un mecanismo giratorio para poder darle la vuelta y contemplar la curiosa representación de la caída de una especie de pañuelo que le cubre la cabeza y cae formando pliegues en zig-zag sobre su espalda.